Y LOS AVASALLADORES DE TIERRAS AHORA CONSTRUYEN ANTE LA PASIVIDAD DE LA PREFECTURA

Y el descontrol Sigue en Oruro, la ultima que me entere es que, no son solo ciudadano sorureños o gente nacida en el Departamento de Oruro la que quiere terrenos gratuitos sino son todo un movimiento bien oganizado que cuenta con gente de todos los deaprtamentos y "refuerzos" de TArija, cochabamaba y TArija.

Hablando esta mañana con una señora mientras viajaba a La Paz me entere que hay mucha gente de estas que no tiene una casa sino muchas casas tanto en Oruro como en el REesto del Pais, y no es la Priomera vez que se vierten acusaciones como esa.

Real mente es una Pena que el Prefecto Luis Alberto Aguilar haya permitido todo esto, las autoridades una vez mas demuestran que Oruro es tierra de nadie.

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Otras casuchas de ladrillo y cemento fueron erigidas en terrenos particularesLos avasalladores de tierras construyeron más de medio centenar de viviendas en la zona Este de la ciudad, sobre los terrenos del Parque Industrial, de propiedad de la Prefectura del Departamento, y de personas particulares, sin tener línea y nivel y sin autorización municipal.

Los integrantes de los grupos ilegales, como afirmó la Prefectura, usando ladrillo y piedra cortada que sacan de las mismas murallas que habían construido con anterioridad los propietarios de los lotes ubicados en este lugar.Aunque continúan varias carpas construidas con nylon, muchas de las viviendas ya cuentan con un techo de calamina, puertas e incluso ventanas y son habitadas por los grupos de Los Sin Techo y Los Sin Tierra. Las construcciones son rústicas y fueron erigidas para apropiarse de los terrenos, desde el 8 de marzo, cuando iniciaron las ocupaciones de tierras.La situación se torna tensa. Los avasalladores no permiten que ninguna persona se acerque al lugar, se ponen en alerta para botarlos e incluso usar palos y piedras, para evitar que ingresen a la zona.Las construcciones fueron hechas cerca al edificio de la ex Escuela de Policías. A pocos metros, se aprecia más de quinientas carpas, donde niños, mujeres y hombres pasan la noche, con la esperanza de consolidar un pedazo de terreno en forma gratuita. “No vamos a pagar ni un centavo a nadie”, afirmó uno de los avasalladores.