Fue en Noviembre del 2003 ese día por azares del destino me encontraba en la Curva Sur del Stadium Hernando Siles, fui a presenciar el Clásico Paceño, cuando entro el Stronguest, entro el vestido con su clásico Sombrero y toda su vestimenta amarillo y negro, mi amiga stronguista de corazón ya sabia lo que se venia después, el Chupa corría hacia la Curva Sur, hacia la hinchada del Tigre,y el Chupa comenzaba su Tradicional Rito, un Rito Sagrado para todos los Stronguistas, el unico momento en el que toda la hinchada De la Curva Sur, la Ultra, y todo el Stadium y todo aficionado Stronguista, callaba y guardaba energías para responder el Rugido del Hincha Numero 1 del País, el Chupa gritaba Stronguistaaaaaaaas................., FUE EL ULTIMO Clasico al que asisti, por suerte digo pude presenciar ese momento, por que ya nunca mas se volverá a escuchar.
Murió el Raúl Chupa Riveros, uno de los mas grandes Hinchas por no decir el Hincha mas grande que piso los Stadiums Bolivianos.
Para los que somos hinchas de otros equipos, bueno no meteré a los demás en esto, para mi que siento el fútbol en la Sangre, que he seguido este deporte desde hace mas de 20 años, que he sentido en la Tribuna en carne propia lo que es estar vestido con los colores y símbolos de tu equipo, lo que es alentar los 90 minutos, lo que es soportar las derrotas, celebrar las victorias, aguantar las cargadas de los otros....aquellos que en su vida han sentido por su equipo, que solo ven al fútbol como espectáculo y no como una razón de vida, seguro que no lo comprendieron nunca al Chupa Riveros, pero para mi fue un ejemplo, alguna vez soñé ser como el, pero me faltaba carácter, constancia y tal vez amor por el equipo.
Su historia se escribirá con las letras doradas del Club que tanto quiso y amo, dice la leyenda que entro por primera vez a la cancha a los 14 años y el era la mascota del Club, desde ese momento siguió a su equipo casi 70 años, casi por que este año iba a cumplir 84 años, y le faltaban 2 para alcanzar su sueño llegar al Centenario del Club Atigrado el 2008.
El hincha lo definio Galeano:
Una vez por semana, el hincha huye de su casa y asiste al estadio.
Flamean las banderas, suenan las matracas, los cohetes, los tambores, llueven las serpientes y el papel picado; la ciudad desaparece, la rutina se olvida, sólo existe el templo. En este espacio sagrado, la única religión que no tiene ateos exibe a sus divinidades. Aunque el hincha puede contemplar el milagro, más cómodamente, en la pantalla de la tele, prefiere emprender la peregrinación hacia este lugar donde puede ver en carne y hueso a sus ángeles, batiéndose a duelo contra los demonios de turno.
Aquí, el hincha agita el pañuelo, traga saliva, glup, traga veneno, se come la gorra, susurra plegarias y maldiciones y de pronto se rompe la garganta en una ovación y salta como pulga abrazando al desconocido que grita el gol a su lado. Mientras dura la misa pagana, el hincha es muchos. Con miles de devotos comparte la certeza de que somos los mejores, todos los árbitros están vendidos, todos los rivales son tramposos.
Rara vez el hincha dice: «hoy juega mi club». Más bien dice: «Hoy jugamos nosotros». Bien sabe este jugador número doce que es él quein sopla los vientos de fervor que empujan la pelota cuando ella se duerme, como bien saben los otros once
jugadores que jugar sin hinchada es como bailar sin música.
Cuando el partido concluye, el hincha, que no se ha movido de la tribuna, celebra su victoria; qué goleada les hicimos, qué paliza les dimos, o llora su derrota; otra vez nos estafaron, juez ladrón. Y entonces el sol se va y el hncha se va. Caen las sombras sobre el estadio que se vacía. En las gradas de cemento arden, aquí y allá, algunas hogueras de fuego fugaz, mientras se van apagando las luces y las voces. El estadio se queda solo y también el hincha regresa a su soledad, yo que ha sido nosotros: el hincha se aleja, se dispersa, se pierde, y el domingo es melancólico como un miércoles de cenizas después de la muerte del carnaval.
El Chupa cumplia con todos los requisitos con creces.
Encontre navegando por el inter este reportaje que le hizo La Prensa y dado que tuve que ingrsar a el por Cache de Google y no por la web principal lo copio para que no se pierda, en este mundo del internet, mañana seguramente apareceran varias reseñas de lo que fue este icono de las Tribunas Bolivianas.
PERSONAJE • Es el hincha número uno de The Strongest. Su grito de guerra (el “Warikasaya kalatakaya...”) sigue retumbando en los estadios donde juega su equipo
“Chupa” Riveros: una vida en amarillo y negro
A sus 14 años entró un día como mascota del plantel a la cancha del viejo estadio Siles. Desde entonces no ha vuelto a separarse del club al que considera lo más importante que le dio la vida después de Dios
El apodo de “Chupa” se remonta a su niñez. Salió de un vals peruano, no de los bebedores de alcohol
Por Gustavo Cortez
Su vida es de amarillo y negro. No vive sin ellos. Lo entrevistamos el miércoles por la mañana en su domicilio. Quedamos entre 10.00 y 10.30. Ni una ni otra, llegamos a las 10.15. El contacto lo hicimos por teléfono día antes. No se olvidó del encuentro, pero sí de la hora. Casi lo agarramos en pijamas.Vive en Miraflores, en la calle Cuba número 1308, casi esquina San Salvador. Está a una cuadra de la avenida Germán Bush y del monumento al Coronel que fue Presidente de la República. También a una cuadra de las casas de funerales, que han proliferado por la zona.Amarillo y negro es su vida y amarillo y negro el camino para llegar a él. “No te vas a perder, tengo un almacén que se llama 'El Tigre'. Está casi en plena esquina”. Uno llega a la esquina y el letrero luminoso está ahí con la figura del felino que identifica a su club, The Strongest.Buscamos el timbre porque es una casa grande, de cuatro pisos. El del último no tiene nombre. El del tercero dice Moreno y el del primero, Alesita Mendoza. El segundo, el de él, no tiene tampoco nombre. Pero —vaya ocurrencia— el botón está dentro de un cuadrado negro y hay una pequeña flecha amarilla que lo señala. Ni como equivocarse.Tocamos varias veces. El timbre no está bien. A veces suena, a veces no. Desde la ventana una muchacha de pollera nos pide que esperemos. Cuando se abre la puerta, delgado y ya encorvado, aparece él completamente vestido de negro. Chaqueta deportiva negra, buzo deportivo negro y zapatillas también negras. “¡Uy! Ya estaba por abrir la tienda. Me olvidé de la hora. Pero bueno, pasá”, dice.Al subir las escaleras empezamos a ver cuadros y caricaturas de su “Tigre”. Está la inolvidable caricatura de Sixto Roca del equipo que fue campeón en 1977. Él aparece, como siempre, gritando, aunque en el dibujo está con dos colmillos y con el cuerpo de la fiera. Y su infaltable sombrero negro. Hay otros dibujos que también están colgados y que están hechos con pocos recursos técnicos e imanigación. Pero en todos está él. “Vienen a mostrarme y me venden. No les puedo rechazar”.Tiene un bonito departamento. Bien amoblado y coquetamente decorado. Hay fotos de él cuando era bachiller, de hace muchos años. Hay también de sus padres, en blanco y negro, y de su esposa e hijos. En un rincón, donde está un pequeño bar, está su galería de fotos, trofeos y banderines. “Aquí estoy con Rafito (Rafael Mendoza). Era mi amigo. Me llamaba para invitarme a tomar un té a su casa. Éste si fue un gran tigre. Éste es el hombre...”. Lo dice con tal emoción que casi rompe en llanto. “Es que soy igual que él, muy emotivo”.Luego señala otras fotos con el dedo donde está con Hugo Banzer Suárez, el ex Presidente; y con Mario Oxa, ex titular de The Strongest. También hay una foto de la curva sur del viejo estadio Hernando Siles donde él aparece con una bandera arriba del marco de la puerta. Parece un rey Inca rodeado de sus plebeyos. Está abriendo los brazos y la toma fotográfica es desde abajo.Ya en el living nos ponemos cómodos. Nos pide esperar un minuto porque quiere darnos una sorpresa. “Éste va a ser el trago más rico de tu vida”. Al rato viene con una botella de un litro de Coca-Cola en una mano y en la otra vasos de cristal, como cualquier otro, pero con la impresión del escudo de The Strongest. “Esto lo cuido como oro, porque si les invito en ellos cerveza a mis amigos, me los van a romper y son tan lindos...”.No obstante las sonrisas, en el aire todavía circula el recuerdo de su esposa, fallecida en agosto del año pasado.
Nace el “Chupa”
Raúl Ernesto Riveros Gonzales nació el 27 de septiembre de 1922 en La Paz. “Soy tan 'chucuta' que hasta te puedo decir las calles, Pando y Chuquisaca, a una cuadra de la plaza Alonso de Mendoza, el fundador de La Paz”.Se casó con Elsa Murillo Aliaga (+) y tiene tres hijas: Patricia, Eliana y Cecilia. Cuenta que dos murieron (María Elena y Martín), el último recién nacido. Su padre fue don Manuel Jesús Riveros Vera y su madre María Gonzales Borda. Tiene cinco nietos: Alan, Silvana, Mauricio, Mariel y Cecilia, “todos stronguistas”.
¿Su segundo apellido se escribe con zeta al final o con ese?
Con zeta, la primera más bien se escribe con ese.¡Qué raro!. Generalmente es con zeta o con ese al final, pero la primera es zeta.No, primero ese y después zeta.Bueno, en los apellidos, como en los gustos, nada está escrito.Sí, así es.
(Al día siguiente, don Raúl nos explicó que se había equivocado y que era correcto “Gonzales” y no “Gonsalez”)
.Para distender la charla, nos contó que sigue en problemas con la muerte de su esposa. “Me han pedido mi fe de edad y sólo estoy inscrito como Raúl Riveros Gonzales. Igual mi esposa, que en la libreta de familia sólo figura como Elena Murillo Aliaga de Riveros y ella había sido Elsa Etelvina Elena Murillo Aliaga de Riveros. No sé qué han hecho con Etelvinia Elena. Ella, entonces, sigue viva para estos menesteres”.Raulito estudió en el Colegio La Salle. Estuvo los 12 cursos. Fue inquieto estudiante y deportista. Practicó natación, ciclismo, voleibol, básquet y fútbol. Tuvo como entrenador al recordado “Negro” Ayllón.
¿Cómo nace el “Chupa”?
Cuando mi cuñado estaba de enamorado iba a darle serenatas a mi hermana. Yo tendría doce años entonces. Cantaba un vals peruano (China hereje) y decía: “Soy cantor, guitarrero y chupacaña”. Y tanto que venía a darle serenata me aprendí de memoria. Cuando fui con mi colegio como “boy scout” de excursión a Coroico o Chulumani, canté y como no sabía otra canción... Entonces, a la vuelta los compañeros ya no me decían Raúl sino “Chupacaña”.Empezó a ir a la cancha cuando tenía 14 años. Delgado y de pequeña envergadura, entraba como mascota. No se acuerda cuándo fue la primera vez, pero dice que después nunca faltó a los partidos. “Podía falta a misa, pero a los partidos de mi equipo, no”.Con el paso del tiempo se fue constituyendo en un personaje en la curva sur. En los clásicos paceños se encontraba con “Chicho” Navarro, que alentaba a Bolívar. La cita era infaltable en el lugar cada domingo en que ambos elencos se medían.Hoy sigue yendo al estadio. Va solo y a veces con su nieto Alan. Cuando pierde su plantel dice que toma taxi a su casa porque de a pie los hinchas de Bolívar le gritan desde los autos y minibuses “Chupita, les hemos dado...”. Reconoce que los del otro bando son educados con él. “Molestan, pero no insultan. Para qué, me tienen respeto”.Sin sombrero no es nadieUn perro chapi cuida el departamento. Se llama “Llok'alla”. Es blanquito. Su esposa le puso ese nombre. “Yo quería que se llame Tuntita”. El chapi le recuerda a otro que tuvo antes: “Batuque. Cuando ocurrió la tragedia de Viloco, llegué a mi casa y lo primero que encontré fue a mi perro. Me abracé a él y lloramos, perdón, lloré. Pero también me hacía renegar, porque cuando perdía mi 'Tigre' y él me veía, daba vueltas, corría, se alegraba. Una vez, delante de mis amigos, le dije ‘tú te alegras por todo, hasta porque pierde mi equipo. ¡Por qué no te mueres!’ No me vas a creer, el perro se tiró al suelo y se hizo el muerto. Me dejó con la boca abierta. Arruinado era también”.En plena charla llegó el fotógrafo. Ni bien vio a Jorge Mamani, Raúl dijo: “Así no puedo salir, estoy todo de negro, me falta el amarillo”. Se levantó y fue a buscar su sombrero, una chalina y una chaqueta, aquella con la que va al estadio. Bajito, le dijo a Jorge que iba a gesticular para que parezca que está gritando el “Warikasaya kalatakaya...” porque dice que sus vecinos ya creen que está loco cuando le escuchan gritar en su casa. “Grito pues, y mis vecinos dicen: 'El loco está gritando otra vez'. Por eso ya no grito mucho”.El sombrero se lo pone al final, como si fuese el casco de una armadura de guerra. “Sin sombrero no soy nadie. El otro día fui al mercado y nadie me dijo nada. En cambio cuando me lo pongo, la gente hasta hace parar la movilidad donde estoy para saludarme”.
“Ladrones de chiji”
Cuando se construía el estadio Rafael Mendoza y la cancha necesitaba césped, él ayudó a conseguir éste.“Rafo hizo solito el complejo de Achumani, y yo hice lo que podía. No miento, incluso nos llevamos el chiji de la avenida Bush. Sacábamos los tepes de noche. Veníamos con la gente de filiales en los camiones de don Rafo. Los vecinos después empezaron a quejarse. Decían: 'Los de The Strongest se están robando los tepes de la avenida. Cómo van a hacer eso'. Pero nosotros seguíamos. Cortábamos y zas a los camiones, y hasta Achumani. Hasta que al último se enteró don Rafo y nos dijo: ‘¿Cómo vamos a ir a robar? ¿Cómo vamos a destruir el ornato?’. Pero sabe qué hizo don Rafo, sacamos todos los tepes de la avenida y él importó una semilla alemana para que le pongan un chiji nuevito. Recién todos los vecinos y La Paz se quedaron tranquilos, porque nos decían ‘ladrones de chiji’ (sonríe). Así es la historia del Strongest, pero todo se hacía para tener una cancha ahí abajo pues...”.Después de larga charla, ya no le pedimos que grite “Warikasaya...”, sino que nos cante bajito una canción del “Tigre” para despedirnos, esas de antaño. Cerró los ojos y empezó: “Ternito negro me he de comprar, corbata amarilla / por stronguista me han de llevar a la Policía / por stronguista me han de llevar a la Policía / Conque tunante, seré tu amante...”Bajó con nosotros a la calle y nos dijo: “Que me vea la gente que estoy con la prensa, así me van a tener más envidia”.
¿Dónde va a salir?
En La Prensa.
¿Cuándo?
El lunes.¡Ah! Siempre compro La Prensa y La Razón los lunes, pero ahora voy a comprarme toda la edición del lunes. ¡Chau!Se quedó con una sonrisa picarezca y unos ojos achinados. El hombre tiene más historia detrás de lo que contó. Seguro que habrá tiempo todavía para volver a hablar con él.
Celebró su cumpleaños en el día de su funeral
Cuando el avión que traía de vuelta a The Strongest de Santa Cruz, luego de jugar un partido amistoso, cayó en Viloco, en él iba un homónimo de Raúl Riveros: Raúl Rivero. La gente que lo conocía se consternó. Nadie sobrevivió en ese accidente que ocurrió el 26 de septiembre de 1969.“Ese día yo salí de casa y no me enteré de nada. Me dijeron que la gente, mis vecinos, lloraban. El periodista Cucho Vargas había dicho por la radio: 'Nunca más lo veremos en el estadio. Murió el Chupita Riveros'. Ese día no dormí en casa porque era la época de la revolución y había que cuidarse. Al día siguiente, que era mi cumpleaños, me encontré con mucha gente con ramos de flores en mi casa. Mi esposa me dijo que habían traído coronas a mi funeral. ¡Yo estaba vivo y era mi cumpleaños!. Entonces cuando me vieron se alegraron y en lugar del pésame me felicitaron. Fue un día especial, inolvidable. Fue el cumpleaños en el día de mi muerte”.Recuerda que días después le decían Lázaro, “porque no estaba muerto, andaba de parranda”.En la tragedia perdieron la vida el técnico Eustaquio Ortuño, el gerente José Ayllón, el masajista Felipe Aguilera y los siguientes jugadores: Armando Angelacio, Hernán Andretta, Orlando Cáceres, Juan Iriondo, Jorge Durán, Julio Díaz, Héctor Marchetti, Angel Porta, Jorge Tapia, Ernesto Villegas, Germán Alcázar, Eduardo Arrigó, Oswaldo Franco, Raúl Farfán, Óscar Flores y Diógenes Torrico.Y entre los otros pasajeros del avión, Raúl Rivero...
Personajes y entidades en frases de Raúl Riveros
The Strongest
¡Ay, no! Hablar de mi club es mucha cosa. Es mi vida. Mi dormitorio es todo amarillo y negro. Lleno de tigres. Para mí, The Strongest es lo más grande que tengo en la vida después de Dios... y antes que mi familia, mis hijas y mis nietas. Siempre lo apoyé y lo apoyaré hasta que me muera. Todavía puedo gritar. Cuando muera gritaré desde el más allá”
Rafael Mendoza
Un gran hombre y un gran stronguista. No había imposibles para él. Resolvía todo en ese momento. Un día clausuraron el club y no era para tanto. Él no sabía. Cuando vio el precinto en la puerta quedó apenado. Pagó de inmediato lo que se debía a la renta. Era mi amigo. Don Rafito mació y murió 'tigre'. Ya le daré alcance en el cielo”
BOLÍVAR el rival
Lo admiro. Siempre le tuve respeto y admiración. Una vez le hice barra en un partido de Copa Libertadores. Vladimir Soria estaba a mi lado. Así de buena gente somos los stronguistas. Pero hoy cuando es local Bolívar no me dejan entrar a la cancha. Dicen que me tienen miedo. ¿Un solo hombre podrá hacer temblar a todo un club?”
“Tigre” 2006
A mi equipo de este año le falta garra. Antes, me acuerdo, The Strongest entraba y desde el primer minuto corría, metía miedo. No había técnica, pero los jugadores se rajaban. Esos chicos eran puro corazón. Ahora se cuidan, son más profesionales. Me dio pena el domingo, Bolívar dominó y creo que pudo habernos ganado fácil 6-0 (terminó 2-0)”
Mensaje al hincha
Si vas a ser hincha de The Strongest tienes que tener mucha fe. El stronguista cuando toma la decisión de seguir a este equipo no renuncia nunca, así el equipo nos haga sufrir. Ni por chiste te cambies de club. Tienes que tener mucha garra. Y nunca desmayes, porque alguna vez pueden perderse, pero las rayas del 'Tigre' no se van a borrar nunca”
El Chupa Riveros se ha ido, ha hacerse cargo de la hinchada de uno de los equipos de Dios seguramente, no solo lo extrañaran los stronguistas, lo extrañaremos todos lo hinchas del País.
Un Hincha de esos pocos que aun quedaban en las tribunas Bolivianas, donde poco a poco el vandalismo, y las buenas costumbres se van perdiendo, el chupa sabia perder, sabia reconocer cuando el equipo rival los había pasado por encima, pero también sabia que el Fútbol te da revanchas y volvía al domingo siguiente, como los buenos hinchas, vestido completamente de Amarillo y Negro, cuantas derrotas sufrió??, seguramente innumerables debido a la paternidad Celeste, pero el Chupa sabia reconocer
Tal vez Dios necesitaba un hincha para sus huestes, pero me pregunto y le preguntare cuando hable con el, NO PODIAS DEJARLO DOS AÑOS MAS PARA QUE FESTEJE EL CENTENARIO?????? pu.. y no es que sea atigrado pero el Chupa era el Chupa lo unico que siempre le envidie al Strongest, ya lo hubiera querido tener en el Bermudez para alentar a mi querido San Jose
Actualizacion al 1 de Septiembre:
Video de Homenaje al Gran Cupa Riveros, realizado por la Hinchada Stronguista y publicado en el Foro atigrado, la cancion es del Papirri.